Cuando hablamos de sostenibilidad, es necesario hablar de alimentación.
Sabemos que los cambios en la alimentación son un tema que genera muchas resistencias, nadie quiere renunciar a aquello que le gusta. Pero, simplemente no podemos ignorar la realidad: los animales destinados al consumo y sus subproductos suponen el 51% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero por año en el mundo.
Esto supone 32 mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año procedentes de la ganadería y, se espera que aumente en un 80% para 2050.
Parece que la quema de combustibles fósiles es un tema que tenemos ya un poco más asimilado y en mayor o menor medida, todos coincidimos en la importancia de transitar hacia energías renovables. Sin embargo, aunque dejemos de quemar combustibles fósiles, aún excederíamos debido a la cría de animales el límite de CO2 por 565 gigatoneladas para 2030.
Para producir tan solo 1 kilo de ternera son necesarios casi 20.000 litros de agua potable.
Si hablamos del consumo de agua, la ganadería industrial es responsable del 80% del consumo de agua potable de todo el mundo. Y, en cuanto al uso de la tierra, el 45% de la superficie terrestre está destinada a la cría de animales de granja. Siendo la principal causa de la extinción de las especies, la destrucción de los ecosistemas, las zonas muertas de los océanos y, la contaminación de las aguas.
Frente a este panorama, ¿es realmente necesario que continuemos consumiendo productos de origen animal?
Según la Asociación Americana de Dietética “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables y nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades y son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluidos el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para deportistas.”
Llevar una dieta mayoritariamente basada en plantas no solo es una forma de reducir tus emisiones y cuidar del medio ambiente, sino que también te ayudará a incorporar más alimentos saludables a tu dieta, ser más consciente de tu alimentación y mejorará tu salud.
Es por ello que desde El Cambio Lógico queremos compartir contigo 10 consejos para ayudarte a reducir tu consumo de carne.
1. Únete a los días sin carne
Cambiar radicalmente de dieta de la noche a la mañana puede funcionar para algunas personas, pero para la gran mayoría puede ser abrumador e incluso es posible que exista algún producto de origen animal al que te cueste más renunciar.
Unirte a iniciativas como “Lunes sin carne” cuyo objetivo es dejar a los animales fuera del plato un día a la semana, puede ayudarte en esta transición. Participar en estas iniciativas te permitirá explorar poco a poco nuevas opciones vegetales, probar nuevas recetas, relacionarte con nuevas texturas y sabores y reducir tu impacto en el proceso.
2. Experimenta con platos internacionales
Existen muchísimos platos y recetas de todas partes del mundo que son naturalmente veganos o vegetarianos piensa en el minestrone italiano, los falafels de Oriente Medio, el chucrut del norte de Europa y así muchos más. Explorar estas cocinas puede ayudarte a reducir tu consumo de carne al mismo tiempo que te abre a un mundo de sabores nuevos y mejora tu destreza en la cocina.
3. Explora alternativas a la carne
A veces, convertir transformar un plato de animal a vegetal puede ser tan sencillo como sustituir tan solo uno de los ingredientes. Las legumbres son una excelente fuente de proteína vegetal y que pueden incorporarse tanto a preparados dulces como salados.
Por ejemplo, prueba pasar a la leche de soja en lugar de la leche de origen animal, la levadura nutricional en lugar del queso parmesano, la harina de garbanzo en lugar del huevo, el seitán en lugar de la carne o transforma una salsa Bologna en vegana utilizando lentejas cocidas en lugar de carne picada como base de la salsa.
4. Prueba sustitutos de la carne
Hace unos años era impensable ir a la tienda y comprar fácilmente queso vegano, sin embargo, esto ahora es una realidad y puedes conseguir todo tipo de alternativas vegetales a los productos de origen animal prácticamente en cualquier tienda de alimentación y grandes superficies, muchos incluso ya disponibles en presentaciones a granel libres de envase.
Si te está costando despedirte de algún producto o textura de origen animal, los sustitutos vegetales pueden ser una gran alternativa ocasional, puesto que imitan muy bien la experiencia de ingerir y preparar estos alimentos, aunque no deberían de ser el centro de la alimentación.
5. Redescubre los granos y cereales
Existen muchísimas variedades de legumbres y cereales que pueden aportar tanto e incluso más nutrientes y proteína que la carne animal. Redescubre los diferentes tipos de legumbres como garbanzos, lentejas, frijoles, habas o cereales como el bulgur, la quinoa, el arroz integral o la cebada.
Incorpóralos en tu día a día preferiblemente en sus versiones integrales ya que resultan mucho más interesante a nivel nutritivo que sus versiones más refinadas.
6. Integra frutos secos y semillas a tu dieta
Los frutos secos habitualmente no reciben el reconocimiento que merecen. Estos alimentos son una fuente de proteína adicional, pero además también aportan grasas saludables y nutrientes esenciales para nuestra salud. Incorpóralos en tu día a día bien sea de forma directa comiendo un puñado de ellos o a través de preparaciones o recetas en forma de mantequillas, salsas, crujientes, etc.
7. Aumenta la cantidad de verduras
Según los expertos la mitad de nuestro plato debería de corresponder a las verduras, un cuarto a los carbohidratos y el otro cuarto a la proteína. Siguiendo estas indicaciones será mucho más fácil hacerte una idea de la cantidad real de proteína que necesita tu cuerpo y llevar una dieta equilibrada. Puedes sustituir paulatinamente la porción de proteína de origen animal hacia una de origen vegetal como legumbres, tofu o seitán.
8. Planifica tus comidas
Organizar tus comidas semanalmente es esencial para reducir el consumo de carne. Dedica tiempo para elaborar un menú variado que incluya legumbres, granos, verduras y frutos secos. Crea listas de compras detalladas basadas en este menú para evitar decisiones impulsivas al comprar. La planificación previa facilita la preparación de comidas equilibradas y nutritivas, ayudándote a mantenerte enfocado en tus objetivos de reducción de carne.
9. Haz cambios graduales
Adoptar un enfoque gradual para reducir el consumo de carne puede ser más sostenible y menos abrumador. Empieza por cambiar una comida a la vez o substituir un ingrediente específico en tus platos favoritos. Por ejemplo, usa lentejas en lugar de carne picada en lasaña o hamburguesas. Estos pequeños pasos te ayudarán a adaptarte a nuevos sabores y hábitos alimenticios, haciendo la transición más manejable y menos drástica.
10. Infórmate y busca apoyo
Informarte sobre cómo llevar correctamente una dieta basada en plantas es esencial. Lee libros, artículos y estudios que te brinden información contrastada y de calidad. Busca comunidades en línea o grupos locales donde puedas obtener consejos, recetas y apoyo emocional durante esta transición. Tener una red de apoyo te ayudará a tomar decisiones informadas y a mantenerte motivado, además te conectará con personas que compartan tus valores y forma de ver la vida.
Nuestra alimentación tiene un impacto profundo no solo en nuestra salud, sino también en el planeta.
Cada pequeño cambio cuenta. No necesitas convertirte en vegetariano o vegano de la noche a la mañana para marcar la diferencia. Cada comida sin carne, cada elección consciente, contribuye a un futuro más sostenible.
Al reducir tu consumo de carne, no solo estás ayudando a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también estás tomando una posición contra la sobreexplotación de recursos como el agua, la tierra y el maltrato animal.
Al abrirte a este cambio descubrirás una variedad de alimentos y sabores que quizás antes no habías considerado. Aprender a cocinar y disfrutar de comidas basadas en plantas puede ser una aventura culinaria, abriendo puertas a nuevas culturas y tradiciones. Además, adoptar una dieta basada en plantas puede tener beneficios significativos para tu salud, incluyendo una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas.
Este cambio no se trata solo de lo que comes.
Es una transformación en la forma en que piensas sobre la alimentación y tu conexión con el mundo natural. Al elegir reducir tu consumo de carne, estás tomando una decisión consciente para vivir de una manera que respeta nuestro planeta y sus habitantes. Es un paso hacia una vida más ética y sostenible.
Recuerda, cada paso que das es importante. Ya sea que te unas a los Lunes sin Carne, explores nuevas recetas a base de plantas o te informes más sobre las dietas basadas en vegetales, estás contribuyendo a un cambio mayor.